Continuamos compartiendo con todos los habitúes de Momentos en el Fin del Mundo la entrevista que compartimos con Sergio Anselmino y Perla Bollo luego de su expedición en Isla de los Estados de principios de 2010. La primera parte puede leerla acá.
La charla data de febrero último y fue reproducida en el programa “Decantaciones” de Radio Nacional Río Grande –producido y conducido por el periodista e historiador Oscar Domingo Gutiérrez- en ella, los naturalistas cuentan detalles de la travesía que, aún hoy, genera expectativas por los resultados, datos y relevamientos que están siendo procesados.
Agradecemos a Perla que nos ha facilitado fotografías, ya que hemos recibido varios mails solicitándonos imágenes de este recorrido. En nuestra cabecera, el mapa del recorrido que ellos realizaron.
¿Qué fue lo que más los sorprendió a los dos, documentando particularmente?
P: A mi particularmente creo que lo que más nos impacto fue la parte de península López, en la zona oeste. Nosotros estábamos descendiendo como a 400 metros de altura y después empieza a bajar bruscamente hacia el mar y empezamos a escuchar a los pingüinos, hay una colonia de pingüinos magallánicos que resultó ser bastante grande pegada a una de pingüinos de penacho amarillo. Estaban muy juntas y ese lugar nos impresionó mucho. Explotó de fauna, de vida y toda la península López. Después la recorrimos sin mochila dos días, ahí encontramos nidificando al Petrel Gigante. Eso a mí, particularmente, me impactó. Hay muchos ciervos, muchas cabras, fue el punto más importante porque me impactó la cantidad de fauna, como una explosión en realidad. Se ve toda la Isla de Tierra del Fuego, muy cerca muy nítida. La habíamos visto tantas veces por Internet, la habíamos medido y bueno, estábamos caminando y la verdad es que es un espectáculo cómo se ve. Me gustó mucho.
S: Yo no soy buena referencia porque a mí me gustan todos los lugares, me impacta absolutamente todo. Desde el mal clima, la lluvia, el frío, desde la más tupida vegetación o el peor camino a mí la verdad que me impacta y lo disfruto y hasta agradezco estar en ese lugar. Pienso que está un poco dividido. Es la primera vez que veía un ciervo aquí en Tierra del Fuego y eso generó alguna sensación rara. Especial. Sonidos. La primera noche que acampamos en altura, como a 400 metros, escuchábamos un sonido tipo un canto. No era un búho y no pudimos saber qué era. Todos los días que acampamos en esa isla lo escuchamos. Son los ratones de los guindales los que cantan, nunca habíamos escuchado ese canto. Son sensaciones muy lindas. A veces armábamos la carpa con una cascada a cien metros de nosotros y esa cascada tenía un flujo de agua, llovía toda la noche y al otro día cuando nos levantábamos había tres cascadas en el mismo lugar, divididas y con tres o cuatros veces más flujo del que tenía el día anterior. Shockeaba, porque no lo podíamos creer porque es una isla que es piedra y absorbe muy poca cantidad de agua. A la noche nos acostábamos con una visión y al otro día era otra cosa.
Si me impacto, y saliendo un poco de lo originario de ahí, es la cantidad basura que hay en la costa. Es realmente increíble. Es toda basura generada por barcos y por buques. Está la no intencional y que son pedazos de redes, de cabo o boyas que se pueden desprender y es totalmente entendible (no aceptable, se entiende que no fue intencional)
Hay cualquier cantidad de botellas de plástico, hay bolsas, es claro que eso impacta porque estábamos lejos de lo que se llama civilización, sociedad, ciudad. Eso impactó porque no pensábamos encontrarlo ahí. Sabemos que llega de lejos porque pudimos encontrar troncos en la playa roídos por castores y casi con un 99 por ciento podemos confirmar que ahí no hay castores porque recorrimos casi la totalidad de la isla y hemos estado en ambientes especiales, han llegado ahí por la deriva de corrientes de vientos y todo eso. Entonces la basura, se entiende, no es sólo de los barcos que están pescando al lado de la isla.
Puntualmente en Franklin, estaban los pingüinos magallánicos bajando en la desembocadura de un río que está totalmente tapada de basura. Desde palen de madera muy grandes, boyas y los pingüinos estaban pasando al lado de esa basura, se había formado un dique de contención de la cantidad de basura y se había formado una laguna donde estaban cruzando. Totalmente desagradable porque están entre plásticos, sunchos, bolsas de nylon… Una variedad muy importante como para crear un museo de basura de la Isla de los Estados. Eso impacto mucho.
La soledad del lugar, que realmente es virgen. Es totalmente solitario. Sabes que nunca vas a encontrar a nadie en el día. Hay poca presencia humana. Pasas por lugares, dentro del bosque, y sabes que nunca pasó nadie.
¿Y eso que les produjo, saberse los primeros en ese lugar, en ese momento?
P: A mí eso me viene seduciendo desde hace muchísimo tiempo. Me genera algo muy especial saber que estoy en un lugar donde no ha estado nadie, o sea, hay muchísimas probabilidades de que no haya estado nadie. Me hace sentir que el ser humano quedó disminuido a la mínima expresión, es todo tan grande, tan poderoso, todo está controlado por otra cosa en la que nosotros no tenemos forma de enfrentarlo, ni de compararlo con nada. Para mí que es como un monumento a lo natural, a la Tierra, al planeta.
En la costa sur, que predominan acantilados de 90 grados, todo piedra en un momento que íbamos caminando por el borde –no hay forma de bajar a la costa, no hay, es todo piedra- nosotros estábamos arriba de la nube. Estaba sobre el acantilado, abajo sobre el mar. La nube venía de abajo hacia arriba y pasó encima nuestro y se quedó arriba quieta. Nos tapó la neblina y caminamos ese día, todo el día, en medio de neblina.
S: Era nube. La neblina se entiende como algo más amplia. Como cuando uno va en un avión. Estábamos en tierra y arriba de la nube. Tenía movimiento, pero era nube.
P: Y como sensación, soledad no podemos decir que siempre soledad es estar mal, sentirse solo. A mí me encantó, en ningún momento me generó miedo. Para nada.
Luego de preparar la introspección a la Isla, ¿hubo algo que no tenían previsto?
S: Aparte de haber leído muchos libros, de haber recopilado datos e información de la isla; hablamos con gente que había estado, marinos generalmente, que nos había orientado un poco. Íbamos totalmente preparados. Lo que pasa que es muy difícil la expresión de la gente que ha estado ahí, y que habla de estar, cuando en realidad bajan un solo día de un barco o se mantienen en un solo lugar. Es un poco diferente que nosotros, que en todos los días nos encontrábamos en ambientes diferentes. Nunca estábamos en un mismo lugar, estuvimos muchos días para poder ver y sentir cosas diferentes a lo que se siente al estar un día. Al estar tantos días estas más expuesto a sentir y ver cosas.
Impactó, como dijo Perla, cuando llegamos que la geografía era un poco diferente a esta. Estábamos entre acantilados y a simple vista, se veía que no era un lugar que se podía caminar o que se podía ascender. Entonces, bueno, cuando uno programa una salida, sabés que caminos y vas. Entonces, al no haber glaciar no llevas ni grampones, ni piquetas. Pero ves que es accesible el lugar. Anduvimos por lugares que, desde abajo o arriba, se veía que no eran transitables, fue un poco lo que llamó más la atención.
Todo lo que habíamos hablado, de las personas que estuvieron, nos decían que no se podía ir. Entonces, íbamos preparados a eso; hay partes que son dificultosas, extremas muy difíciles de transitar y siempre fusionadas con el clima que es, también, un factor que complica el desarrollo de caminar.
¿En qué consistió la parte documental?
S: En un principio, lo que más me gusta a mí, lo que está referido a la fauna. Se realizó un censo de toda la fauna. Todos los días que veíamos animales, hacíamos un detallado registro de qué animal había sido y cuanta cantidad habíamos visto. Así que entre censo y conteo, pudimos registrar toda la fauna que vimos, tanto terrestre como marina.
Si acampábamos en un lugar, obvio, no volvíamos a contar la que estaba ahí. Pero principalmente se detalló un conteo todos los días que estuvimos recorriendo.
Pudimos contar los ciervos y las cabras, que era un dato importantísimo ya que se trata de animales introducidos, están haciendo un deterioro grave en la isla por lo que nosotros pudimos ver. En sí, es un ecosistema muy frágil, donde hay mucha vegetación en forma de turba y presenta huellas que dejan los ciervos cuando pasan. Son lugares que no se recuperan fáciles. Hay muchísimas de estas huellas, se alimentan del ramoneo de los renovales entonces hay muchos bosques sin renovales, todo eso está fotografiado y filmado.
Las colonias pingüinos se ven las pisadas, se ven las astas de los ciervos cuando se las sacan.
P: Hay una gran cantidad de individuos de ciervos y cabras juntos con los pingüinos. Todos juntos, pingüino con su nido, con su pichón y a metros los ciervos y las cabras echadas en grupos de 20 que corretean de un lado para el otro.
S: Se entiende que nosotros no somos científicos para determinar qué tipo de impacto están haciendo sobre la reserva, pero es claro que lo están haciendo. Lo pudimos ver. Esas huellas que hay entre los nidos de pingüinos y nidos pisados, sabemos que es visual el deterioro. Todo este trabajo se entregará a posteriori a los científicos para que ellos determinen qué hacer y qué no. Aparte del conteo, al recorrer toda la isla pudimos determinar también hasta donde está distribuido el ciervo y donde no.
Documentamos todos los restos históricos que había, y los restos de los naufragios que encontrábamos en las costas.
Hicimos un registro meteorológico con una estación portátil, me parece que sin mucho sentido, porque es muy inestable (el clima) y a veces cuando teníamos 5 grados de temperatura al rato hacían 3 y no nos habíamos movido del lugar. El viento, hemos visto, como en un mismo lugar va en dirección Norte y Sur, no entendemos como, pero en un mismo lugar va en dos direcciones diferentes y la humedad predomina en forma constante; arriba del siempre del 70 u 80 por ciento. El sensor tiene una alarma, que avisa tormenta por cambios de presión, pobre alarma sonaba a cada rato; a veces nos acostábamos a dormir en la carpa, uno se duerme y no escucha nada por el cansancio, habían veces que daban ganas de sacarle las pilas o tirarlo porque la alarma sonaba a cada rato. No es una alarma muy grande, pero cada diez minutos sonaba. Es un registro muy cambiante, así que tres veces en el día que tomábamos esos datos.
P: También Sergio encontró un grupo pequeño de pingüinos rey, cerca de la playa Roca.
S: En playa Roca, fue donde Piedra Buena instaló su factoría de pingüinos rey.
P: Fue exterminada.
S: Hay registros de un diario de un empleado de Piedra Buena donde contaba cuántos mataban por día. En esa playa nunca más se encontró una colonia de estos pingüinos. Hace unos años atrás, el director del CADIC había encontrado un ejemplar con un huevo, lo que generaba mucha alegría, porque existía la posibilidad de que se volviera a generar. En esta ocasión, en una bahía al lado de esta, pude encontrar diez pingüinos rey juntos, dos solamente presentaban cambios de plumaje. Las fotos se presentarán al CADIC para que evalúen qué estaban haciendo ahí. Es un grupo importante.
Pudimos encontrar, también, un yacimiento de ocupación aborigen. La Isla de los Estados y la ocupación aborigen, siempre llamaron la atención y sorprendió mucho porque significa que aborígenes en canoas de madera han cruzado el temido estrecho de Le Maire, donde ha habido tantos naufragios.
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